Una de las tareas que más quebraderos de cabeza provoca en todo el proceso de organización de un viaje es, sin duda, la acción de hacer la maleta. Hay una serie de preguntas que nos hacemos todos. ¿Qué llevo? ¿Cuánta ropa de recambio hará falta para los días que vamos a estar fuera? ¿Qué tipo de maleta va mejor? ¿Me hará falta también llevar mochila? La mejor forma de hacer una maleta es ir por partes y sin prisas.
Es complicado acertar a la perfección en qué cosas deberíamos llevar, ya que cada uno tenemos nuestra lista particular, nuestras preferencias. Pero sí hay una serie de directrices básicas generales que valen para hacer correctamente una maleta. Y sobre todo hay una máxima que casi siempre se cumple: normalmente se necesita menos de lo que llevamos. Ser previsores está bien, pero en su justa medida. Si no, corres el riesgo de cargar con un montón de equipaje del cual usarás luego solamente la mitad.
- ¿Maleta con ruedas o bolso?
- La maleta con ruedas se puede arrastrar y no se carga con el peso directamente, pero suelen ser más aparatosas, menos moldeables y, como consecuencia, más difíciles de portar en ocasiones en los medios de transporte. El bolso favorece un poco la portabilidad y es más manejable a la hora de encajarlo en algunos habitáculos; eso sí, se pierde la comodidad de la movilidad que tiene la maleta de ruedas, además de que se carga todo el peso.
- ¿Qué llevar?
- Esto ya depende de cada uno, pero sobre todo calcular bien y, aunque siempre está bien ser previsores y llevar algo más de lo necesario, no hay que pasarse.
- Aparatos electrónicos y accesorios de valor
- Cuidado con este tipo de cosas. Hay que tener siempre en cuenta que pueden sufrir daños si van en el maletero, por lo que es preferible llevarlos contigo mismo en un bolsito o mochilita siempre.
En definitiva, hacer la maleta es uno de los momentos que más tiempo nos suele llevar antes de salir de vacaciones, así que si tenemos claro qué maleta elegir y cómo hacerla ganaremos tiempo y haremos más confortable nuestro viaje.